lunes, noviembre 28, 2005

Los últimos pasos

No hay fecha que no se cumpla, ni plazo que no se venza. Y el plazo de la entrega de tesis, se venció. Pero pudimos cumplir, con todo como corresponde.

Si uno se pone a analizar todo el camino que recorrió desde que entró a la Universidad, se encuentra con que uno se termina acordando más de las cosas buenas, que de las malas. Y aún cuando las hay, son recuerdos con risas y anécdotas, más que con resentimiento o dolor. Cuántas tardes gastadas en trabajos, disertaciones, misiones que parecían imposibles de lograr en cierto punto, desesperaciones, enojos, angustias, y hasta lágrimas; por miedo a fracasar, como si el llegar a eso fuera un punto sin retorno. Fracasé en un ramo, y qué? No me atrasé un año, no estuve sola, nadie me dejó de querer por eso, nadie se desilusionó de mí por eso, no se acabó el mundo ni tampoco me morí. Pero obviamente, eso no se piensa, aunque así tenga que ser.

Además de toda la presión académica, estaba la amistad. Y aún lo está, cosa que me alegro de conservar. Ninguna relación es perfecta por supuesto, y esta amistad no se salvó de enojos ni de mal entendidos, pero aún así, ha logrado mantenerse a flote, por cuatro años. Creo que se dice que los amigos de la Universidad, son los que más se recuerdan y se mantienen, al fin y al cabo.

Los profesores malditos tampoco pueden quedar afuera. La vieja loca de primer año (que ya se fue de la Universidad), tirana a más no poder. Nos preguntábamos cómo podía atender pacientes, con ese carácter. La Ratona de segundo, que nos hizo sufrir bastante con sus famosos ramos de Procesos y Personalidad. Cómo odiábamos sus artículos, disertaciones y sus pruebas de formato múltiple. La nota más alta casi siempre era un 5.0. Pasamos susto con ella. En tercero, la más memorable, fue la famosa señora de Psicología Social. Qué espanto. Sabía muchísimo, y trató de implantar un sistema de educación en clases algo inusual para nosotros. Nos obligó a analizar todo, hasta lo que respirábamos. ¿Había algo más insólito que te dieran las pruebas para la casa? ¿Y que aún así, la nota más alta, fuera un 4,8? (Para los que les importe, me saqué un 4,4) Esa famosa prueba, consistía en cuatro preguntas de análisis, cuyas respuestas (entregadas a computador, obviamente), tenían que ser como de cuatro hojas, a espacio simple. Para rematarla, después de entregar las cuatro, sólo te revisaba una. "Porque me gusta hacerlos trabajar de más", decía. Creo que ella fue la más terrible de la carrera...pero el ramo más difícil, al menos para mí, fue todo lo relacionado con Psicología Laboral. Y eso fue el año pasado. Pero quizás influyó en que no estaba muy bien anímicamente, pero eso es otro tema.
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Hasta que un día, me encontré haciendo la práctica y la tesis. Y es más, me encontré terminándola y entregándola. Ahora sólo queda esperar la aprobación, y más adelante, la defensa. Pero no me preocupo. Porque en un abrir y cerrar de ojos, me encontraré en otro lado, no pudiendo creer que la fecha en que escribí esto, se pasó así de rápido.



domingo, noviembre 20, 2005

Un cambio

Pues se me ocurrió remodelar el sitio con este template. Simplemente porque no estaba muy contenta con el anterior, a pesar del trabajo que me costó armarlo. Creo que éste es el que más se parece al que quería desde el principio, pero quién sabe, puede que más adelante lo cambie nuevamente. Siempre es bueno cambiar, no?

Ah! pues a mí me gusta.

Edit: por lo menos, éste se ve bien en Mozilla Firefox.

sábado, noviembre 12, 2005

Un poco de alivio

Definitivamente esta última semana fue de mucho estrés. En verdad desde hace dos semanas que estaba muy estresada, quizás demasiado. Que había que aplicar cuestionarios a cursos de vespertino, aguantar que varios de ellos los llenaran mal, pasar rabia por la falta de cooperación de algunos, corregir ese maldito cuestionario de Seligman con toda su fórmula, ingresar los 241 sujetos a Excel, aguantar que te avisen: "hay que cambiar los puntajes 0 a 1" o "mejor agreguemos las columnas de dimensiones" o "separémoslo por sexo también", etc. Todo eso, con el tiempo en contra. Para el viernes debe estar todo listo e ingresado para que el metodólogo lo vea y saque los cálculos respectivos.

Además, el viernes está esa presentación de caso clínico, frente a todos los supervisores. No estando acostumbrada a exponer frente a tanta figura de autoridad, por supuesto el estrés aumenta. Ensayarla varias veces, se te olvidan antecedentes y técnicas que usaste, a última hora te avisan por msn que hay que llevar preguntas guía para el metodólogo (cuando tu tiempo lo tenías presupuestado para ensayar la presentación!) te arrepientes de haberte conectado, y esa noche, en total, duermes cerca de cuatro horas, si es que.

Pero la presentación te sale bien, te desean suerte muchos compañeros, y estos mismos, te felicitan después. Crees que vas a tener que hacer una recepción sola, pero a última hora, un compañero te dice: "yo te acompaño" lo que te hace sentir apoyada. El metodólogo está una hora y media sacando resultados (cuando su hora dura 30 minutos, máximo) y dice: "muy interesante el análisis", lo que por supuesto, te anima bastante.

Después de 12 horas fuera de casa, sin descanso casi, llegas y tomas una taza de té y un pan con mantequilla. Tu única comida durante el día. Te duele la cabeza, estás con mucho sueño y sólo quieres dormir. Pero aún te quedan fuerzas para hablar por msn y jugar un partido de damas. Pierdes, pero no importa. Estás aliviada.

sábado, noviembre 05, 2005

Después de...

Después de toda explosión, viene la calma. O al menos una momentánea. Uno no se puede quedar con todo adentro para siempre, y de alguna u otra forma, siempre se las arregla para salir. Hubo un tiempo en que lo hacía por medio de dolores de cabeza, pero en ese entonces, no había tanta cosa que aguantar, y era más feliz.

Ahora esos dolores volvieron con más fuerza, y aquello que está dentro, está saliendo por medio de esas puntadas en la cabeza, por medio de lágrimas, de rabia, de mal humor, de ausencia de sonrisa.

Pero siempre hay un momento de calma y de paz. Después de la explosión.