jueves, septiembre 28, 2006

Mi ausencia

Después de una ausencia de casi un mes, creo que lo importante es hacer un recuento de las cosas que han ido sucediendo.

Me ausenté por más de una semana (ocho días, para ser exactos) de mi casa, ya que me fui a pasar el 18 con mi pololo. No puedo negar que surje uno que otro sentimiento de culpa por no pasar las fiestas patrias con mi familia, pero también hay que pensar por uno mismo, o no? Aparte de pasar momentos maravillosos con él, pude hacer otras cosas, como el enfrentar mi tercera clase de manejo (con mi novio, por cierto). Esta vez, él mismo lo reconoció, se le pasó la mano. Me hizo enfrentar distintas dificultades (subidas, bajadas, tránsito con una leve lluvia y de noche), atravezar calles estrechísimas, poner bencina, dar vuelta en U, estacionar, etc. A pesar de insultar a medio mundo mientras estaba al volante (se me salen mis impulsos primitivos a veces), puedo decir que me sentí excelente. Por lo que me gané el derecho a disfrutar un helado junto a él, y la satisfacción de haber superado una gran prueba.

Tuve mi ciclo de cine también. Sexto Sentido
, Kill Bill, Voces del Más Allá, Mujeres Infieles, Hijos de la Calle(con la que me quedé dormida), y creo que se me queda una en el tintero...pero Roberto se debe acordar.

Pude visitar Valparaíso
también, en donde estuve en la Plaza de la Victoria. Lamentablemente, la feria artesanal en esa oportunidad estuvo bien pobre. Pero sirvió para conocerla y disfrutar del día. La vista del departamento era excelente.

Ven ese paseo al borde del mar? Bueno, por ahí mismo anduvimos. Hay que pedir permiso a los guardias de por ahí, porque ellos vigilan que al momento de cruzar, el tren no venga. El sol pegaba bastante fuerte, y fue el mismo día en que en Santiago hizo un calor horrendo. Costaba abrir los ojos, pero la brisa era exquisita.

Y a la noche, un gran juego de Metrópolis con Piña Colada, en el que perdí, por cierto. Pero no me importó. Lo importante es que estaba feliz, aunque cansada.

Lamentablemente, al otro día hubo que volver a Santiago. Aunque pasé unos días hermosos, igual uno siempre se alegra de llegar a su hogar. Sería algo bastante grave de no ser así....no creen?