lunes, febrero 13, 2006

Desolación

La bruma espesa, eterna, para que olvide dónde me ha arrojado la mar en su ola de salmuera. La tierra a la que vine no tiene primavera: tiene su noche larga que cual madre me esconde.

El viento hace a mi casa su ronda de sollozos y de alarido, y quiebra, como un cristal, mi grito. Y en la llanura blanca, de horizonte infinito, miro morir intensos ocasos dolorosos.

¿A quién podrá llamar la que hasta aquí ha venido si más lejos que ella sólo fueron los muertos? ¡Tan sólo ellos contemplan un mar callado y yerto crecer entre sus brazos y los brazos queridos!

Los barcos cuyas velas blanquean en el puerto vienen de tierras donde no están los que no son míos; sus hombres de ojos claros no conocen mis ríos y traen frutos pálidos, sin la luz de mis huertos.

Y la interrogación que sube a mi garganta al mirarlos pasar, me desciende, vencida: hablan extrañas lenguas y no la conmovida lengua que en tierras de oro mi pobre madre canta.

Miro bajar la nieve como el polvo en la huesa; miro crecer la niebla como el agonizante, y por no enloquecer no encuentro los instantes, porque la noche larga ahora tan solo empieza.

Miro el llano extasiado y recojo su duelo, que viene para ver los paisajes mortales. La nieve es el semblante que asoma a mis cristales: ¡siempre será su albura bajando de los cielos!

Siempre ella, silenciosa, como la gran mirada de Dios sobre mí; siempre su azahar sobre mi casa; siempre, como el destino que ni mengua ni pasa, descenderá a cubrirme, terrible y extasiada.

domingo, febrero 05, 2006

Angie


Ayer fue un día especial. Se sumó una nueva integrante de la familia. A algún desnaturalizado se le ocurrió abandonar a una gatita de menos de dos meses, en la terraza de nuestra casa. Por supuesto, la primera reacción fue: "noo, otro gato más...jamás". Por eso mismo, ni siquiera la quise ir a ver.

Pero quién no la iba a querer...si el maullido apenas le salía, estaba muy maltratada, de bajo peso y con su cara cochina. Sólo estaba pidiendo que alguien la quisiera.

De inmediato, tuvo su visita al veterinario. Lo mordió con pica, porque claro que debe haber sido incómoda para ella el que la estuvieran manoseando y apretando...así que se defendió, y nosotros, los malcriadores, se lo celebramos. Recibió unas gotas contra los parásitos, y se le compró su primer alimento para gatitos. Se lo comió feliz.

Su primera noche la pasó muy tranquila, en su propia pieza. Lo malo, es que no sabe ir al baño muy bien...y no supo que tenía que hacer sus cosas en el diario que le habíamos dejado...así que las hizo en una bolsa. Al menos supo que no podía manchar el piso.

A la hora de bautizarla...se me ocurrió Angie...que deriva de Ángela (enviada de Dios). Es nombre delicado, como ella. Y se las presento:

A las demás gatas no les cayó muy bien la noticia...y tienen razón, en parte. A nadie le debe gustar que llegue una hermana chica a molestar...o sí?

De todas formas, a pesar de lo flaquita y chiquitita que es, es preciosa. Eso la hace más linda.