Hace 10 años aproximadamente, me vino un ataque fuerte de lumbago que me dejó tumbada en la cama sin poder moverme de la cintura hacia abajo. Cada movimiento que hacía con las piernas, se transformaba en una punzada insoportable en las caderas. Fui al médico, el cual me mandó a hacer radiografías las que dieron como resultado una leve displasia de caderas, lo que podía estar originando el dolor. Pues me eximió de educación física, y me indicó reposo junto con terapia kinesiológica.
Con el pasar de los años, el dolor tiende a volver según las posiciones que adopte. Y el sábado, me volvió más o menos fuerte. Le echo la culpa al hecho de haber estado sentada mucho rato y con la espalda hacia el lado de Roberto, apoyada en su hombro. Y el lunes, hice algunas malas fuerzas que me repercutieron bastante, produciendo una molestia tal que impedía agacharme con normalidad y moverme bien estando en cama.
Como me explicó hace 10 años el kinesiólogo: "te pasó lo mismo que a las viejitas que se agachan, y después no se pueden levantar...pero al revés. Tú quedas derecha, sin poder agacharte"
Así que así he estado estos días , aunque gracias a una crema milagrosa, estoy mucho mejor. Ah, y no olvidemos el guatero. El compañero infaltable de las viejitas...o de quienes están como ellas.