martes, marzo 18, 2008

Yo quiero

El origen de esta costumbre viene de los antiguos egipcios, quienes
acostumbraban regalarse en ocasiones especiales, huevos decorados por ellos
mismos. Los decoraban con pinturas que sacaban de las plantas y el mejor regalo
era el huevo que estuviera mejor pintado. Ellos los ponían como adornos en sus
casas.Cuando Jesús se fue al cielo después de resucitar, los primeros cristianos
fijaron una época del año, la Cuaresma, cuarenta días antes de la fiesta de
Pascua, en la que todos los cristianos debían hacer sacrificios para limpiar su
alma. Uno de estos sacrificios era no comer huevo durante la Cuaresma. Entonces,
el día de Pascua, salían de sus casas con canastas de huevos para regalar a los
demás cristianos. Todos se ponían muy contentos, pues con los huevos recordaban
que estaban festejando la Pascua, la Resurrección de Jesús. (http://es.catholic.net/)



No recibí huevos de pascua hasta los 6 años...no tengo claro si era porque mis papás lo consideraban un gasto inútil, o porque no querían que cayera víctima de tantas caries. El asunto es que nunca supe de su existencia hasta esa edad. Y ni siquiera fue el Domingo de Pascua de Resurrección, sino que el lunes siguiente antes de ir al colegio. Aún recuerdo mi sorpresa al abrir el cajón de la pieza de mis papás y ver esos chocolates...mi alegría fue tal, que me los comí en el auto mientras me iban a dejar.

De ahí unos años recibí, otros no. Nunca fue una constante, como los regalos de navidad, por ejemplo.

A los 8 años, mi hermano mayor me informa: "Pasó el conejito y te dejó un regalo". Después de mucho buscar en el jardín de mi tía (que es enorme, por cierto) encontré un enorme huevo envuelto en papel brillante, rojo y anaranjado. "Es todo mío", pensé. Pero cuál sería mi sorpresa, que lo tuve que compartir con mi hermano de 14 años en ese entonces. Comí uno que otro pedazo, que recuerde.

El asunto es que ahora me vengué. Yo misma me compré unos huevitos y le voy a dar quien yo quiera.

Se acabaron las Pascuas sin dulces.